lunes, 26 de mayo de 2014

Día de las madres

En el día de la Madre, circulan  algunos consejos y recomendaciones que nos hacen esas bondadosas y entregadas mujeres a los hijo,s y este me encantó:
“QUERIDO HIJO:
EL GOBIERNO TE QUIERE IGNORANTE.
LA IGLESIA SUMISO.
LOS EMPRESARIOS AGACHADO.
 LOS BANCOS FUNDIDO.
LA JUSTICIA PRESO.
POR ESO CUANDO TE PIDO QUE ESTUDIES, ES PORQUE TE QUIERO LIBRE!!!
EL CONOCIMIENTO ES TU MEJOR ARMA”
         Y es verdad, cuando menos en mi familia, entre mi padre y mi madre, nos aconsejaban estudiar para sabernos libres y conquistar o mantener nuestra libertad. En especial mi madre Clementina, era exigente con el tema y no soltaba la rienda fácilmente. La verdad es que al paso de los años lo vamos entendiendo y  valoramos. No hay palabras de agradecimiento que podamos dar a los que nos llevan por el camino de la libertad y de la dignidad, pero, cuando menos, podemos decir: GRACIAS.
         No se trata como dicen ahora los sicólogos de que tenemos mamitis o que andamos con los complejos de Edipo, no, la verdad es que cuando se valora, al tiempo que lo valora todo y lo descubre todo, el esfuerzo y la intención en esa formación desde el vientre y al paso de los años, con esa entrega y esa solidaridad que no es normal, sino la llena de amor, tenemos que agradecerle a este ser maravilloso que nos apoyó en los momentos más difíciles de la vida y nos envió por la ruta buena de la dignidad y la libertad.
         Sé, porque así son las fechas comerciales, donde no se alienta el conocimiento y el amor fraterno, ni se valora el esfuerzo de las madres, que muchos, solamente piensan que, con un ramo de flores, una plancha, unos aretes, una comilona donde todos, menos ella, gozan, porque ella es la que atiende como todos los días, se cumple con un día, y los demás, se dejan al garete. Se vuelve una tradición sin sentido, comercializada, materialista, donde nada se reflexiona y nada se agradece. Pero es así como vamos perdiendo los valores familiares, pérdidas que tanto daño han causado en la crisis que hoy sufrimos en este país. Familias derrotadas, acobardadas, destrozadas, miserables, marginadas y a las que les han arrebatado sus sueños y sus esperanzas. Ahora, millones de madres son las que deben  participar en la economía familiar, obligadamente, para “completar el chivo” o tienen que hacerse cargo de la familia porque el matrimonio se ha destrozado con la crisis y la miseria, porque debemos recordar que: cuando la pobreza entra por la puerta de la casa, el amor se larga por la ventana. Y esta enorme crisis social, económica, de valores, está destrozando a la familia mexicana y pocos reparan en esa situación. Solamente escuchamos discursos y homilías, pero no vemos la solidaridad social y la obligación para atender los verdaderos problemas de los miembros del infeliciaje nacional que sumamos más de 53 millones de mexicanos. Si solo hablamos de programas para salvar a bancos y banqueros y para que un grupito realice negocios privados, usando los fondos públicos que son de todos, en su provecho y no con el sentido social que debemos darles, en vez de solucionar la crisis familiar, la estamos aumentando y destruyendo valores y sueños, esperanzas, en millones de mexicanos, y esto, es lo que no nos merecemos, sobre todo, cuando pensamos que, si un GOBIERNO QUE HA SIDO CAPAZ DE SALVAR Y RESCATAR A BANCOS Y BANQUEROS, ENDEUDANDO A TODO EL PAÍS Y A LOS MEXICANOS, NO ENTENDEMOS, COMO NO ES CAPAZ DE SALVAR A LOS CIUDADANOS MARGINADOS Y EMPOBRECIDOS DEL PAÍS.
         Hacer homenajes a la madre no es para enriquecer a los comerciantes y acelerar o gastar o endeudar a los jodidos, es para reflexionar sobre el inmenso y valioso papel que siempre han jugado las abnegadas madres en este país, que son las que hoy en día, salvan de la crisis y amoralidad a millones de seres humanos y no están pensando como quejarse, sino en como salir adelante, con esa fortaleza que debemos imitar y admirar. Felicidades a las madres mexicanas.

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