lunes, 11 de octubre de 2010

Las bodas de escándalo

Sin duda alguna los actos privados de los políticos y de los ricos empresarios deberían quedar en ese campo, sin embargo, ellos, son los que lucen y hacen las presentaciones y la publicidad para que todos vean lo que la riqueza y el poder exhiben. Los invitados, son parte de este “encanto de la burguesía”, se van de la mano, los modelos sencillitos y cursis de algunos y sobre todo, las muestras que dejan a los hombres del poder más que a los que se casan en esos actos de gran majestuosidad. La realidad, lo hemos visto por años, los que llegan a felicitar y participar en las ceremonias son, además de los “gorrones”, los que tienen compromisos no con los novios sino con los poderosos padres de los contrayentes, los que se han enriquecido o bien los que tienen parte del poder o hacen las relaciones para generar los negocios en esta vida donde el dinero es lo que cuenta más que cualquier sentimiento. En fin, la realidad es que además, en ocasiones, este tipo de eventos publicitados con tambor y platillos, dejan, en el seno de la sociedad, un sabor amargo y no quiere decir esto que todos los mexicano tengamos resentimiento social o estemos frustrados por no formar parte de la “elite del poder político y económico en el país o en los estados del país”, no somos parte de esa frustración, sino más bien observadores que pretendemos ser respetuosos de las costumbres de los demás a pesar de que esas exhibiciones y teatralidades sean un insulto a la gran mayoría de gentes que viven en la pobreza y en la desocupación. La verdad es que en este caso, como en otros muchos, no SE CASTIGA EL DELITO, SE CASTIGA EL ESCÁNDALO y escandalosas son las bodas de los poderosos en este país miserable y lleno de necesidades.

Para esto, es necesario recordar que las bodas, normalmente, se hacían entre familiares y amigos cercanos, pero hoy pasan esa exhibición a un público mayor con la esperanza de que en el evento muchos invitados sean los que paguen, por medio de regalos, los compromisos que genera el poder económico o el poder político, algunos, nos han comentado que en algunas bodas de este tipo, los novios han recibido residencias, vehículos, bonos, dinero en efectivo que es básico para cualquier nuevo hogar que se establezca en el país y que, las cantidades, son inmensas. Así van pagando las complicidades y las sociedades de los poderosos padres muchos de esos invitados que forman parte del grupo que se beneficia del poder…

Tal vez, esos poderosos que son capaces de despilfarrar fortunas en tales eventos, deberían de pensar dos veces antes de hacerlo tan escandaloso y publicitado. No son pocos los que ven esos eventos como un verdadero insulto a la pobreza y a los pobres del país, sobre todo, cuando en el desarrollo y la construcción de esas fortunas y poder, se conocen muchas desviaciones de enormes recursos públicos que deberían ser para el uso de los ciudadanos y que se sabe que, solamente, llegaron a los bolsillos de unos cuántos privilegiados del poder político y económico. Claro que dicen los que saben que, el poder, es para exhibirse y usarlo, el que “manda manda y si se equivoca vuelve a mandar”… claro que esto no es parte de la democracia sino parte de lo que los políticos y poderosos usan para domesticar a las masas y demostrar que ellos son los que tienen el poder y el uso de la fuerza que les brinda impunidad y les permite hacer uso de las teatralidades que dicen, tanto gustan al populacho.

Algunos poderosos, nos han comentado que, al populacho, le gustan los mandones, los dictadores, los hombres de poder que pueden hacer uso indiscriminado de la fuerza, eso, nos comentan, algunos hombres de la política y del poder económico. Le gustan los políticos que tienen fama de machos, que andan con muchas viejas y pueden darse muchos gustos que no pueden darse el resto de los mortales, les gusta que uno mande por encima de la ley y de la justicia, eso, es lo que sostienen en forma cínica muchos políticos que creen que con ello están por encima de los demás mortales, por esa razón, los viejos políticos, nos comentaban que esto no se debería de hacer, la discreción era parte del ejercicio del poder, la humildad y la honestidad fueron algo que llevaron al cariño del pueblo a gentes como Benito Juárez y a otros muchos políticos de este país, como el General Cárdenas, que todo el día se le veía trabajando a favor de los más pobres, no andando en las pachangas de los poderosos… pero en fin, los tiempos cambian y por esa razón, ahora, un César “El pequeño nava”, también hace gala de ese escándalo en bodas que sirven más para que sean publicadas en las revistas de espectáculos, porque como son políticos mediocres y cínicos, creen, que la política es un espectáculo y que a la gente le encanta el que los políticos salgan en esas revistas, tal como lo han impuesto muchos políticos de actualidad, como Enrique Peña Nieto con la “gaviota”… pero en fin, los cambios, no son siempre para adelante, también, son para atrás y por esa razón, muchas veces, se generan los movimientos de protesta… y no se piense que estas bodas son para hacer revoluciones, sino para hacer gala del poder y del espectáculo que hoy necesita la televisión y las revistas de espectáculos, cuando la política se ha convertido en un negocio y en un espectáculo y siendo así, pues es lógico que se busque el escándalo para poder trascender, a pesar que esto sea de gran cinismo y no un acto privado y de amor. Por encima del amor está la necesidad del espectáculo, los castillos de luces y las borracheras, los regalos y la ostentación de la riqueza, la impunidad y el poder…

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